domingo, 3 de junio de 2007
Demasiado tarde
Posibilidad. Un concepto matemático actualmente inseparable de nuestras vidas. Algo que los gallegos parecen dominar a la perfección. Lo más terrible que tiene esta idea es el resto que deja una vez que la acción ha pasado. El famoso "¿Y si...?" que puede reducir la existencia a la mera repetición de los errores del pasado. Porque todo el mundo ha deseado en algun momento volver atrás en el tiempo para cambiar algo. Hacer que las manillas del reloj retrocedan su curso para enmendar el fallo que nos atormenta en el presente. Presionar rewind en el VHS de nuestras vidas e incluir algún nuevo fotograma que haga que la película tenga un final feliz. Y todo esto es sin embargo imposible. Con lo que volvemos a la posibilidad. Imposible quizá sea la palabra más cruel de todo nuestro diccionario. No hay ningun término que reduzca tanto una vida humana. La nada excluye la vida, pero el imposible la aisla de todo lo que se quiere conseguir. Para dejar de temer los errores del pasado y saber que no hay nada imposible no hay mejor opción que echar un vistazo a la historia. En 1342 era imposible que un tren alcanzase los 200 kilómetros por hora. En 1747 era imposible que un negro y un blanco se sentasen juntos en un carruaje de caballos. En 1903 era imposible que dos hombres contrajesen matrimonio. Y así la perspectiva histórica nos hace comprender que los imposibles y los fallos pasados son sólo temporales.
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